Hablamos de orientación.

¡Buenas tardes futuros profesores!

Hace unos días nos dieron unos datos un poco alarmantes: En Castilla y León el ratio de orientador por alumno es 1/1000. Estamos olvidando lo importante que es la labor del orientador en educación y, en un país en el que  salvar a la banca y proteger a las grandes corporaciones parece más importante que invertir en educación y en el futuro de nuestros alumnos, no estamos valorando y promoviendo la labor del orientador. 

Hoy en día está muy de moda lo que describo como la comunidad del falso positivismo, "busca el lado positivo de las cosas", "después de la tormenta viene la calma", etc. Cada día miles de usuarios de diferentes redes sociales que se hacen llamar a si mismos influencers pretenden aportar su granito de arena y, como su nombre indica influir en las masas a través de sus videos, posts o instastories. Todos pretenden tener consejos para todo el mundo y en muchos de los casos me parecen gente que han sabido aprovechar el tirón de las redes sociales para hacer dinero a costa de los demás.

"Consejos doy que para mi no tengo". Con este dicho vengo a dejar claro que mi opinión sobre los coaches tampoco es muy positiva. Analizando la labor de estas personas y al haber asistido a varias de sus charlas como profesor a lo largo de mi paso por los Estados Unidos, me di cuenta de que todos te vienen a contar lo mismo y desarrollan su discurso de la siguiente manera:

Era feliz - Suceso desafortunado - Estado de ánimo por los suelos - Se sobrepone a la situación - Vuelve a ser feliz - Se hace coach - Triple ración de positivismo. 


Y mi pregunta es ¿por qué ahora que está tan de moda esto de la orientación profesional, el coaching, los tediosos influencers, etc. no nos damos cuenta lo importante que es la orientación en el ámbito educacional y nos centramos en orientar a los más pequeños para que tomen decisiones que les beneficien? Padres, tutores y orientadores, debemos colaborar por el bien de nuestros hijos y alumnos. Cada niño plantea una situación completamente diferente y es nuestra labor comprender las inquietudes de estos para poder ofrecer una educación más personalizada. 

Como conclusión y para cerrar un post que saca lo peor de mi quiero destacar que va siendo hora de centrarnos en lo importante y por ello, debemos dejar de prestar tanta atención a estas nuevas deidades del positivismo y comenzar a centrarnos en invertir en educación y en orientación educacional, configurando así las bases del futuro de las próximas generaciones.

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